sábado, 28 de octubre de 2017

Reflexiones..




Después de muchos años, me decido a retomar este blog.
No es que hiciera muchas publicaciones, pero me gustaba la idea de seguir con el mismo en lugar de crear uno nuevo.

Han pasado tantos años, tantos momentos, tantas experiencias, cambios, aprendizajes...
Cuando miras hacia atrás y te das cuenta de todo lo que ha pasado al largo de los últimos años, es increíble como llega a cambiarte la vida.
La cantidad de personas que se cruzan en nuestro camino para hacernos aprender algo.
Aquellas decisiones que tomamos y que nos hacen emprender un nuevo camino.
Pero, ¿realmente vivimos como queremos, como soñamos, como sentimos muy dentro de nosotros? 

Pienso que es difícil, pero en realidad no lo es. Somos nosotros los que nos complicamos y nos ponemos limites. Esos limites no existen, somos libres, podemos buscar el camino que nos conduzca a cumplir esos sueños que siempre tuvimos. Lo difícil es soltar. Decir adiós a todo aquello que nos hace acomodarnos en el día a día pero que en el fondo sabemos que no nos hace feliz, ya que supondría un gran cambio a nuestra vida. Porque los cambios nos crean incertidumbre, miedo a lo desconocido y éste es el que nos impide avanzar.

También creo, que cada persona necesita su tiempo. Nadie se conoce más que uno mismo.
Todos tenemos nuestro proceso para auto conocernos y saber quién somos y si es así como nos estamos mostrando. Cuando llega la noche, para mí, es el momento en el que soy más consciente de lo que quiero en mi vida, de lo que me hace feliz y lo que no. Pero al día siguiente me levanto, empieza un nuevo día y una nueva oportunidad para disfrutar te todo aquellos detalles que dan sentido a la vida y de hacer esos pequeños pasos que te acercan a tus metas.

Habréis escuchado aquello de que somos como una cebolla, que con los años vamos creándonos capas por las situaciones que vivimos, por las emociones que sentimos. Y a veces eso llega a ser una barrera que nos creamos y que cuesta traspasar. Perdemos nuestra esencia. Dejamos de ser conscientes del presente y de vivirlo como lo hacíamos cuando eramos niños. Con pureza, sin prejuicios, con inocencia, siendo amor. Porque con los años vamos cargando y arrastrando todo aquello que nos ha echo daño, vamos sumando cargos y responsabilidades, dejándonos llevar por la rutina. Llega un punto que me da la sensación que parecemos robots. Tenemos programado todo lo que vamos a hacer durante el día y muchas veces nos olvidamos de alimentar nuestro ser.
Acabamos tan saturados del trabajo, la casa, las obligaciones, que lo único que hacemos al llegar a casa es querer desconectar. Lo gracioso, es que para desconectar muchos de nosotros lo hacemos poniendo cualquier cosa que hagan en la TV o pasándonos el rato enganchados al móvil.
¿Enserio crees que esa es la manera de desconectar? Lo único que hacemos es saturar más nuestra mente, y seguimos olvidándonos de nosotros. Nos llenamos la cabeza de más información innecesaria. Lo que necesitamos es tener un momento para nosotros, para nutrirnos, ya sea haciendo alguna actividad que nos guste, como el deporte, pasear, cocinar, meditar, etc.
Pero algo que nos nutra como personas, que después de hacerlo nos haga sentir bien, satisfechos y sobre todo que nos haga disfrutar.

Creo que la vida es un aprendizaje, y que es bonito aprender. Porque, aunque hayan altos y bajos, todo lo que nos pasa nos pasa por algo y si no fuera así, hoy no seriamos quien somos.




No hay comentarios: